anónimx (Kaos. Antifascismo)
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Contexto
El partido Nación y Revolución convoca un mitin en la madrileña plaza de Tirso de Molina, escogiendo el lugar, como reto y provocación, contra el movimiento antifascista madrileño pocos meses después del asesinato de Carlos Palomino por Josue; nazi reivindicado y apoyado por lxs militantes de dicha organización.
El mismo día estaba convocado públicamente un concierto en apoyo de la familia del compañero asesinado, marcando un pulso al antifascismo tratando de ponerle en la tesitura de suspender un concierto, ocasionando perdidas económicas que mermaran la capacidad de actuación, o mantenerlo y hacer una clara apuesta a toda la gente: convocar una contramanifestación en tiempo record poniendo a prueba las fuerzas con las que se contaba.
La provocación aumenta por el lugar elegido cargando las iras de todxs por el vapuleo que significa llevar acabo un acto de estas características en un emblemático lugar de la lucha antifascista, ya que en 1989 el grupúsculo nazi Bases Autónomas –formación que hoy quieren imitar Nación y Revolución y Combat España- también eligió la plaza de Tirso de Molina para montar una batalla campal coincidiendo con el 20-N. Aquel año, skins (entre lxs que se encontraban Basistas, Skinheads, UltrasSur, etc) agreden con bates de béisbol y cadenas a compañerxs que repartían propaganda en dicha plaza. A raíz de esa agresión se constituye la Coordinadora Antifascista de Madrid entre colectivos autónomos, anarquistas y comunistas de la ciudad, es en este punto de inflexión donde la Plaza de Tirso de Molina se convierte en un símbolo que año tras año se llenaba de antifascistas al final de la manifestación del 20N.
Nación y Revolución es el partido de Combat España ambos, partido y asociación, legalizados institucionalmente.
Nación y Revolución se presenta a las elecciones al Senado como partido político teniendo, por tanto, por la ley electoral derecho a convocatorias y mitines públicos. Resguardadxs en esta ley deciden hacer el mitin en la mentada plaza, lugar situado en uno de los barrios con más inmigración de Madrid. Su intención es clara; provocar la mayor confrontación posible.
Combat España [vídeo propagandístico de Combat España], el núcleo ideológico creador del partido, es uno de los grupos más seguidos por la policía, su líder, Alberto Ayala de Cantalicio, se presenta en las listas al Senado por Madrid de Nación y Revolución. Esta agrupación es, en términos espectaculares, la derecha de la ultraderecha, declarándose abiertamente nacional revolucionarixs, distando de grupos como Democracia Nacional o España 2000 que tratan de recubrirse de un halo democrático para tratar de no ser rechazadxs a priori, la mayoría de ellxs son skin heads y no tienen problema en mostrar simbología nazi tanto en sus concentraciones como en su web. Son conocidxs por todxs como responsables de muchas de las agresiones fascistas que se producen en la capital. Muchxs de sus militantes también pertenecen al grupo Ultra-Sur, plataforma de captación de bases juveniles.
Alberto Ayala ha sido detenido en media docena de ocasiones entre 1995 y 2003 por atentado, lesiones, daños y delitos contra las personas y los derechos fundamentales, según el Ministerio del Interior. En 2002 estuvo implicado en agresiones a rumanos y se le consideraba el líder del grupo nazi Juventudes Canillejas. Alberto Ayala está relacionado con Álvaro Cadenas, un histórico de los Ultras Sur del Real Madrid y viejo conocido en las reyertas del fascismo callejero. El líder de Combat España figuró en las pasadas elecciones a la Asamblea de Madrid como candidato de La Falange.
Álvaro Cadenas Rodríguez es considerado "extremadamente violento" por los propios miembros de esta peña y por agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Entre sus antecedentes policiales se encuentra una detención, el 12 de diciembre de 1993, llevada a cabo por la Guardia Civil por robo con intimidación.
Asimismo, el 4 de marzo de 1998 fue detenido por la policía alemana en Bonn por "difundir distintivos de organizaciones anticonstitucionales". Cadenas Rodríguez también fue objeto de diligencias instruídas por la Guardia Civil de Las Rozas-Majadahonda, y en las que figura con otros miembros de la peña ultra en un delito de atentado, lesiones, resistencia y desobediencia grave, por lo que se produjo su ingreso en prisión.
Alberto Ayala Cantalicio
Ésta es la lógica de la democracia, los grupos de poder se miran con connivencia, toda organización política que tenga como función mantener el estado de cosas actual puede entrar dentro de la pantomima electoral. Porque realmente esta panda de payasxs a lxs capitalistas no les preocupan, defienden los mismos intereses de clase que ellxs, en realidad tan sólo son su fuerza de choque. Sólo hay que echar un vistazo a los años 30 para entender esto.
El sistema ve en la propagación del racismo una buena forma de desarmar cualquier futurible unión entre proletarixs indígenas y migradas precisamente en una época de saneamiento de la economía donde lxs primerxs en tocar el suelo de la crisis somos nosotrxs. Pero hay que deslocalizar a lxs culpables, hay que expandir confusión, así que ponen en sus mesas de tertulianxs y columnistas la opinión de por qué esto sucede y ya han encontrado el objeto maniqueo contra el que cargar tintas: lxs inmigrantes. Ellxs nos quitan el trabajo, elevan con el consumo el precio de la vivienda, disminuyen los derechos laborales, además de crear inseguridad. Y de eso precisamente es de lo que venían a hablarnos lxs señoras de Nación y Revolución en el seno de un barrio obrero e inmigrante donde la carestía se nota de inmediato en cuanto las bolsas naufragan.
Volviendo al viernes 29 de febrero -Diecinueve años después-, los herederos de Bases autónomas pretendían expandir esta propaganda y grupos anticapitalistas de toda la ciudad se organizan para informar y movilizar al barrio en cuatro días para frenar el mitin y se convoca una contraconcentración una hora y media antes que el acto nazi se realizara, tratando así de ocupar el espacio y evitarlo. Se pegan carteles, se mandan sms, se habla en las plazas con la gente, se corre la voz en el barrio alertando del peligro que se corre el viernes y se aúnan fuerzas para hacer una desmostración de fuerza. También reparten octavillas y se pegan carteles en diversos puntos de Madrid convocando la concentración en la misma plaza, el barrio recibe con buenos ojos la convocatoria y quedan perplejos al enterarse de lo que iba a pasar a pocos metros de sus casas. Muchxs vecinxs confirman su asistencia y el polvorín empieza a fraguarse. Lavapies es antirracista pese a quien le pese.
A las 18:00h del viernes unas diez lecheras se encuentran aparcadas en uno de los costados de la plaza, la situación presenta una falsa tranquilidad. Unas personas pintan la plaza que previamente había sido borrada por los servicios del Selur en las noches previas tratando de abortar toda información relacionada, un grupo de unos cuarenta senegaleses que previamente habían intentado ser confundidos por la policía diciéndoles que se iba a producir un acto racista de blancos y que corrían peligro, su respuesta fue clara, ellos no se iban a mover de su plaza donde tarde tras tarde hacen vida. Un cuarto de hora antes de que empezara la concentración antirracista la policía empieza a identificar a cualquier joven que se mueva por la plaza y aledaños. Aún así poco a poco se va concentrando gente en la plaza hasta llegar a ser unas 100 personas en pequeños grupos. Los medios buscan carnaza y no paran de fotografiar y grabar la escena. Justo a las 19.15h los antidisturbios empiezan a despejar la zona invitando a la gente, “por las buenas o malas”, a que se largaran de esa zona porque iba a hacerse un mitin electoral.
Poco a poco antifascistas de otros barrios y del propio barrio de Lavapiés se iban volviendo a juntar en la calle Jesús y María, Mesón de Paredes y Espada, poco a poco aumenta la participación, creciendo por momentos hasta llegar a ser entre trescientas y cuatrocientas antifascistas entre las que se podían ver jóvenes de diferentes etnias. La tensión se masca en el ambiente y la policía iba flanqueando las bocacalles donde se encontraban lxs manifestantes. El ánimo estaba encendido, la memoria de Carlos estaba en la mente colectiva que intuía que finalmente se iba a realizar el acto pero que a su vez tejía la idea de que no se iba a permitir. Sobre las 20:30h, hora en la que Nación y Revolución había convocado el acto, se empezaba a ver como un grupo de menos de cien nazis con una bandera por mano se acercaban a la plaza, venían de la Plaza Mayor bien escoltadxs por la policía antidisturbios, es curioso ver a la sección más antisistema de la ultraderecha como caminaban pastoreados, como si de un rebaño se tratara, justamente por las Fuerzas de seguridad del Estado.
Sobre las 20.33h hacían presencia en la plaza de Tirso de Molina colocados en la esquina opuesta a los locales de la CNT. Es en ese momento donde las voces de los antifascistas que estaban en la calle y en los locales de la CNT empiezan a gritar mucho más fuertes, llenos de rabia y rompiendo con el mandato policial lxs antifascistas empiezan a avanzar hacia la plaza, a escasos 40 metros de ella, con cubos de basura, somieres, tablas y todo lo que pudiera servir para defenderse de los pelotazos que la policía emplea para dispersar a lxs manifestantes. La gente avanza imparable ganando metro a metro, tirando piedras, adoquines, botellas. Es en ese momento cuando la policía, aconstumbrada a ver como lxs manifestantes suelen recular ante el uso de material antidisturbio, empieza a tirar gases lacrimógenos y botes de humo contra los manifestantes y aún así los grupos siguen avanzando hasta quedar a escasos diez metros de la plaza, donde el propio humo de la policía había sido devuelto por lxs manifestantes haciendo de la plaza un lugar condensado entre policías, humo, piedras y pelotas.
Mientras tanto, lxs nazis que minutos antes habían llegado hinchando el pecho habían cambiado esa actitud por el nerviosismo. Miraban de un lado hacia otro, observando la refriega y como los disturbios cada vez estaban más cerca, el miedo empieza a respirarse entre sus filas y en ese momento los mandos policiales les hacen salir de la plaza no teniendo claro que puedan asegurarles protección dada la determinación con la que se topan.
Desde el comienzo del acto hasta que depusieron su intento de mitin pasaron unos 12 minutos. Aunque intentaban gritar y darle caña a los megáfonos ni la situación ni el ruido permitían que se les escuchara más allá de algún grito de “España” o “Están aquí al lado”.
En su huida hacia la puerta del Sol la policía les hace bajar las banderas y les pide que se dispersen de la zona. Y muy obedientes lxs nazis antisistema se marchan, algunxs en grupos hacia otras zonas de Madrid y otrxs en metro.
Lxs manifestantes antifascistas siguen emprendiendo toda su rabia contra la policía, escudo que en última estancia les separaba de lxs nazis, se empiezan a quemar contenedores, a lanzar petardos, cohetes pirotécnicos y la policía sigue reculando y defendiendo la plaza en una clara demostración de desbordamiento ante el avance, pese a todo, de lxs manifestantes. En un intento de dispersar a la gente hacia el barrio de Lavapiés, y tras una dura carga donde un compañero pierde un ojo por el impacto de material antidisturbios, lxs manifestantes deciden ir bordeando la plaza hacia la calle Duque de Alba para llegar hasta ella, se montan barricadas y se queman contenedores buscando frenar el avance policial, en esa calle se llega a estar a unos diez metros de la plaza y la policía embiste duramente tirando pelotas de goma dirigidas a media altura, lo mismo hace con los botes de humo que terminan rompiendo lunas de coches, entrando en el interior de los vehículos incendiándolos. Lxs manifestantes en todo momento emprenden su rabia contra la policía y los símbolos del capitalismo (llegando a destrozar hasta seis entidades bancarias). Se sigue avanzando hacia la calle Duque de Alba donde se vuelven a montar barricadas en ese momento la manifestación se divide en dos partes, una que aguanta la carga en la calle de la Colegiata y que impide el paso de los bomberos, en la calle Toledo, que iban a apagar el fuego provocado por las barricadas y los botes de humo que usaban los antidisturbios y otra parte que se va hacia la calle Embajadores y la plaza de Cascorro donde un autobús fue inmovilizado. La calle Embajadores fue barricada con contenedores ardiendo y coches cruzados.
En un momento dado lxs manifestantes cargaron en la Plaza de Cascorro contra lxs antidisturbios que tuvieron que retroceder hasta la esquina de la Calle San Millán. La policía cargó y se bajó la Calle Embajadores de nuevo.
Un Caja Madrid de esa calle fue apedreado. Varixs manifestantes entraron y destrozaron el interior (cámaras, monitores, ordenadores...) y se vació parte de un extintor en él. Todas las cabinas y parquímetros que se iban encontrando fueron destrozados.
Por una de las calles perpendiculares a Embajadores aparecieron tres policías nacionales en moto parándose justo en la esquina, quedando por encima del grupo. Lxs manifestantes lxs vieron y cargaron contra ellxs. Ante el inminente linchamiento unx de ellxs sacó la porra extensible pero lxs manifestantes siguieron avanzando hacia ellxs lanzándoles objetos, entre éstos objetos un extintor que impactó en la espalda de un policía que iba montado en la moto. Al ver que lxs manifestantes seguían atacándoles unx de ellxs efectuó tres disparos al aire.
La gente se iba dispersando pero todavía había un buen grupo que se dirigía por la calle Tribulete hasta la Plaza Lavapiés donde fue atacado duramente un BBVA que quedó totalmente destrozado, por dentro y por fuera, ya que lxs manfiestantes entraron y arrasaron con todo tomando prestado algún que otro monitor.
Se siguió por la Calle Argumosa donde lxs policías efectuaron una brutal carga. Las vallas, de diferentes obras que se están haciendo, en las aceras dificultó la huida de lxs manifestantes. Se formaron tapones y varias personas cayeron al suelo, lxs policías disolvieron a porrazos y una chica que había caido al suelo fue brutalmente golpeada por dos antidisturbios que le propinaron patadas y porrazos cuando ya estaba inmovilizada, llegando a clavarle una bocacha en las costillas. En ese momento fueron detenidos tres jóvenes y más tarde otros cuatro por la zona de Ribera de Curtidores, mostrando la inoperancia policial que tuvo que tirar del azar para poder demostrar que habían hecho su “trabajo”.
Los cargos que se les imputan a los detenidos son los normales en unos disturbios: atentado contra la autoridad, desordenes públicos aunque alguno de ellos también fue acusado de pegar a unos policías que iban de paisano y que se avalanzaron contra los chavales sin mediar palabra asestándoles una paliza, los jóvenes hasta estar reducidos en el suelo no supieron que eran policías.
En toda esta algarada un manifestante perdió un ojo por el impacto de material antidisturbio y otrxs muchxs sufrieron heridas de diferente consideración. La policía utilizó material que ponía en riesgo a lxs manifestantes y vecinxs, cosa que a los ojos de la habitualidad no sorprende lo más mínimo: la policía por sistema usa métodos que ponen en peligro a la gente, irónico que ellxs sean precisamente los baluartes de la seguridad
Y esto es todo lo que sucedió ese día.
¿Conclusiones?
Aprovechemos la ocasión para seguir encontrándonos con la gente, que se repitan muchas más veces esas miradas de complicidad, esas sonrisas o esas manos que levantaban a otras del suelo. No dejemos que esto se convierta en una batalla para cantar en las canciones de dentro de diez años, el presente es hoy y esta es nuestra historia. Hagamos de la acción directa, el apoyo mutuo y la solidaridad los ejes que nos muevan.
Recuperemos la confianza en nosotrxs mismxs. A la calle.
Material multimedia:
Más información:
Extraído de http://www.klinamen.org/article3993.html
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