jueves, 22 de octubre de 2009

Sobre terrorismo

x Carlo Frabetti El terrorismo, por definición, es la dominación mediante el terror, y por lo tanto, en puridad, solo merece ese nombre el terrorismo de Estado.

-En el tercero de los diálogos plutónicos... Por cierto, ¿por qué plutónicos?

-Porque tratan de lo subterráneo y de lo oculto. Y también del infierno y del dinero. Del infierno del dinero.

-En el tercero de los diálogos plutónicos, dijiste que mucha gente confunde la prostitución con la explotación sexual y el terrorismo con la violencia no gubernamental. Pero luego nos centramos en la primera de las confusiones y no volvimos sobre la segunda. ¿En qué consiste?

-Se suele llamar “terrorismo” a la violencia ejercida por organizaciones políticas clandestinas. Pero el terrorismo, por definición, es la dominación mediante el terror, y por lo tanto, en puridad, solo merece ese nombre el terrorismo de Estado.

-Pero una organización que pone bombas...

-¿Cuántas?

-¿Cómo que cuántas? ¿Qué tiene que ver el número de bombas?

-Tiene mucho que ver. Porque a una organización que utiliza muchas bombas y mata a miles de personas la llaman ejército, y a una organización que utiliza pocas bombas la llaman banda terrorista. Como dice Alfonso Sastre, llaman guerra al terrorismo de los ricos y terrorismo a la guerra de los pobres.

-¿Estás justificando lo que denominas “violencia no gubernamental”?

-No. Solo intento utilizar las palabras con propiedad. Cada acto de violencia no gubernamental habrá que valorarlo, ética y políticamente, en función de las circunstancias y del acto en sí. Pero también, y ante todo, hay que valorar, ética y políticamente, cada acto de violencia gubernamental. Entre otras razones porque, normalmente, la segunda es la causa de la primera.

-El uso de la violencia por parte del Gobierno es lícito y necesario.

-¿Fue lícita y necesaria la violencia del Gobierno nazi? ¿Fue lícita la represión durante el franquismo?

-No, claro que no.

-¿Y por qué es lícita ahora?

-Porque ahora vivimos en democracia.

-¿No estás invirtiendo los términos?

-¿Qué quieres decir?

-Dices que la violencia gubernamental es lícita porque vivimos en democracia. Y lo que habría que decir -si pudiéramos decirlo- es que vivimos en democracia porque la violencia gubernamental es lícita.

-Viene a ser lo mismo.

-Vendría a ser lo mismo si, efectivamente, el Gobierno utilizara solo la violencia lícita y necesaria para mantener el orden democrático. Cuando un Gobierno utiliza una violencia ilícita para mantener un orden aristocrático, es decir, que solo beneficia a los ricos y a sus lacayos, no cabe hablar de democracia.

-¿A qué violencia ilícita te refieres?

-A la tortura, que en el Estado español sigue siendo una práctica sistemática e impune; a la brutalidad policial en la represión de las manifestaciones, tanto políticas como laborales; a los secuestros y asesinatos de activistas; a las frecuentes muertes en comisarías y prisiones...

-¿Y eso justifica poner una bomba en un supermercado o matar a un rehén a sangre fría?

-No. Por eso he dicho que cada acto de violencia no gubernamental habrá que valorarlo, ética y políticamente, en función de las circunstancias y del acto en sí. Al igual que cada acto de violencia gubernamental.

-Estás estableciendo una simetría inaceptable, o cuando menos sugiriéndola. Son dos tipos de violencia cualitativamente distintos.

-Tienes razón: la violencia gubernamental ilícita es infinitamente más grave que la no gubernamental.

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