jueves, 11 de diciembre de 2008

Estudiantes contra Bolonia okupan el rectorado de la Universidad Complutense

Los estudiantes acaban de tomar el Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid, sin haberse producido altercados de ningún tipo, ataviados con sacos y esterillas.

Los estudiantes acaban de tomar el Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid, sin haberse producido altercados de ningún tipo. Ataviados con sacos y esterillas, los estudiantes afirman defender con su encierro instituciones y organismos públicos que están siendo atacados, pues resulta necesaria su protección.

La Asamblea de Estudiantes reivindica la convocatoria de una consulta vinculante en el seno de la comunidad universitaria, con jornadas de paralización oficial de las clases para el debate; la no aprobación de más propuestas de titulaciones adaptadas al nuevo plan, así como la paralización de las ya aprobadas y no aplicación (de entrada) para el curso que viene, hasta la celebración de la consulta; la eliminación del mínimo de alumnos como requisito para el mantenimiento de las titulaciones; el cumplimiento de los acuerdos del Claustro en lo relativo al máster de formación del profesorado, es decir, la creación de una comisión interdisciplinar que plantee una alternativa congruente al citado máster; y la retirada de los expedientes y anulación de las expulsiones de los compañeros de Barcelona y Valencia.

El Movimiento No a Bolonia se compromete así de manera completa con la defensa de la educación superior pública, por lo que su meta es parar una reforma que consolida el elitismo y segregación económica en el acceso a la educación, la pérdida efectiva de la autonomía universitaria, la desaparición en la práctica de la libertad docente, la ausencia total de procedimientos democráticos, el trasvase de conocimientos al sector privado, la implantación de un modelo de créditos (ECTS) que impide compaginar estudio y trabajo, la eliminación de filologías, o la reducción de estudios de ciencia básica y, en general, de todas las carreras de perfil más teórico, la reducción de clases magistrales, o el desplazamiento de los contenidos educativos (de la educación y la cultura, por tanto), a favor de las habilidades y competencias, y la pérdida, al fin, de la educación como servicio público.

Los estudiantes movilizados consideran básica la derogación de la legislación que aplica Bolonia en nuestro país para la apertura de un debate social amplio, especialmente en el ámbito universitario, desde el que construir la universidad pública que la sociedad en su conjunto pretenda.

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